Versión en inglés aquí.
Cuando la gente de mi país decide marcharse para otro, no lo hace por que le falte amor por su patria, sino por que la necesidad lo condena. Cuando comienzan la ruta, los sentimientos son encontrados y dolorosos, lo sé por experiencia, y por más que uno se plantea justificaciones nada hay que evite el sentimiento de culpa por dejar la patria amada, la familia, el origen. Nos vamos por que hay que irnos, porque no nos dejan elección, por que nos quitaron las otras opciones. Cuando los hondureños y hondureñas decidimos irnos, señor Trump, también es su responsabilidad por que los que nos vamos buscamos mejores oportunidades de vida, que acá nos han sido robadas por los corruptos que usted y su política internacional nos imponen para gobernarnos.
Cuando ese ochenta por ciento de los caminantes iniciaron el camino, los empujó la pobreza en este país. Pobreza que generan un poco más de 200 personas que, con el aval de su política internacional, imponen una cultura de saqueo, destierro y esclavitud moderna que nos sume en la miseria. Que están acabando con nuestros bienes naturales, desplazándonos de nuestros territorios ancestrales y promoviendo una cultura de consumo que desplaza nuestras costumbres ancestrales. Es decir, se van porque tienen hambre y sed. Hambre por que la tierra que antes producía para el consumo humano ahora lo hace para la bioindustria que prefiere agricultura para alimentar motores que personas. Sed por que los ríos que antes permitían el agua para los humanos hoy están reservados, gracias al aval de su política internacional, para las grandes corporaciones de bebidas azucaradas o para la generación de energía.
Se van por la violencia y es que Honduras, señor Trump, se lo digo aunque usted lo sabe de sobra, tiene el índice de violencia más alto, la inseguridad más alta, la policía más corrupta y el ejército más represivo de la región. Y le cuento, señor Trump, su política internacional es la principal responsable de esta violencia. Son sus fondos que vienen con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo y la seguridad regional los que se usan para armar este ejército asesino, para equipar esta policía corrupta, para generar esta cultura del miedo para evitar que reclamemos nuestro derecho a los espacios públicos y que se promueve desde medios de comunicación tarifados que siembran el miedo para comercializar con la paz y la venta de armas para lograrla.
Gritan Fuera JOH y, se lo aseguro, señor Trump, cuando lo hacen es sinónimo de Fuera Trump. La gente sabe que usted, su Departamento de Estado, su embajada y sus oficiales acreditados apoyaron, promovieron y sostienen el actual régimen dictatorial que somete a Honduras. La gente sabe que usted es cómplice, que su silencio son ecos de torturados y muertos en el conflicto pos fraude electoral, que su discurso democrático es más falso que un religioso hondureño y que la invasión de su política internacional a nuestro derecho interno de hacernos patria es peor que la de los parásitos mortales que a veces habitan nuestros cuerpos. Por todo eso, señor Trump, se lo puedo asegurar esta caravana que atraviesa México es suya y le va a llegar y seguirá sumando a esos miles de millones de extranjeros que poco a poco colonizan su finca y en la cual, cuando menos lo espere, también será un extranjero.
Señor Trump, la gente se va para que este continente se llama América, no los Estados Unidos de Norteamérica. Porque en nuestra cultura ancestral, de la que usted no es parte, las fronteras no existen y el nomadismo es parte nuestra cosmovisión. Las fronteras son el invento suyo para generarse feudos y condiciones de felicidad a cambio del dolor de los otros muchos y muchas. Las fronteras las inventaron ustedes por que nos tienen miedo, le temen al pueblo que se levanta, que se despierta, que descubre que más allá las ambigüedades de su farsa doctrina de igualdad hay un DERECHO HUMANO que se construye desde nuestro don de gentes y se confirma en las relaciones armoniosas que podemos establecer con nuestra Pachamamá, la Casa Común.
Chaco de la Pitoreta
(Héctor Efrén Flores)
Poeta y Gestor Cultural
Honduras
[…] Spanish version here. […]