Por Damaris Suárez
El Comisionado del Negociado de Manejo de Emergencias, Carlos Acevedo atribuyó las fallas del gobierno durante la respuesta tras María a que “los planes que tenía el gobierno eran para enfrentar un huracán categoría 1”, según dijo en una entrevista con el Centro de Periodismo Investigativo.
El funcionario sostuvo que ni el gobierno de Puerto Rico, ni el federal, ni el sector privado estaban preparados para un evento atmosférico de la magnitud del ciclón ya que los planes de emergencia estaban basados en las experiencias de huracanes previos.
“Yo siempre lo he dicho desde que tomé las riendas del Negociado, que Puerto Rico tenía un plan para un huracán categoría 1 que es lo Puerto Rico realmente ha vivido por los últimos años”, aseguró Acevedo al Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
Señaló, que el desastre más reciente que se pudo haber utilizado como referencia fue el huracán Katrina pero, de acuerdo con el funcionario, Puerto Rico no tenía un plan basado en ese escenario porque no se pensaba en un huracán categoría cinco azotando la isla.
Acevedo dijo al CPI que el plan utilizado para manejar la emergencia en María fue preparado por la pasada administración y no contemplaba aspectos que se tuvieron que atender, como la distribución de combustible y el colapso total de las comunicaciones; lo que alegadamente provocó que la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) tuviera que tomar control del operativo de respuesta.
En su informe sobre la temporada de huracanes 2017, FEMA acepta que confrontó problemas con la logística para responder a la emergencia debido a que el gobierno de Puerto Rico no estaba preparado, por lo que la agencia federal tuvo que asumir la distribución de suministros, algo que de ordinario les corresponde a los gobiernos locales.
“Era un plan basado en las necesidades que hubo en huracanes pasados. La información no llegaba al Centro de Operaciones de Emergencia… Por eso FEMA coge parte del control. El problema mayor fue la falta de comunicación”, insistió Acevedo al reiterar que esas situaciones estarían atendidas en el nuevo Plan de Emergencias.
Aunque el CPI ha solicitado el Plan de Emergencias que estaba vigente cuando llegó el huracán y el actualizado, el Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres se ha negado a hacerlos públicos. Ha alegado que contienen estrategias y detalles específicos de la operación del gobierno y el sector privado, aunque en otros momentos se han comprometido a entregarlos, pero esto no ha ocurrido. Al verificar si son ciertas las expresiones de Acevedo, el CPI entrevistó a tres exdirectores de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), quienes aseguraron que el Plan de Emergencias de Gobierno sí estaba actualizado contemplando un huracán categoría 4, y atemperado al Plan Catastrófico de FEMA para Puerto Rico e Islas Vírgenes.
Nazario Lugo, Miguel Ríos y Epifanio Jiménez coincidieron en que eventos atmosféricos previos como Hugo, huracán de categoría 4 que azotó a Puerto Rico en 1989 y Georges, de categoría 3 ocurrido en 1998, desmienten que el gobierno tuviera un plan de emergencias solo para un huracán de categoría 1, ya que los planes se actualizan para considerar la respuesta al peor de los escenarios.
Cuando Nazario Lugo asumió la dirección de la AEMEAD en 2001, el Plan Operacional de Emergencias del Gobierno ya contemplaba enfrentar huracanes categoría 3 o más, aseguró el exfuncionario.
Explicó además que los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 y el huracán Katrina en 2005, provocaron que se revisaran los protocolos de Puerto Rico para atemperar la respuesta a eventos catastróficos más graves provocados por la naturaleza, así como a ataques terroristas.
Según Lugo, que actualmente preside la Asociación de Manejadores de Emergencias, el gobierno falló en la respuesta porque los funcionarios a cargo de tomar las decisiones desconocían lo que decía el plan que fue ajustado a un escenario de categoría 4, que se benefició además de simulacros realizados en coordinación con las agencias federales, agencias de Puerto Rico y los municipios entre el 2014 y 2015.
“Eso derrota cualquier teoría de que en Puerto Rico siempre se ha trabajado con planes de emergencia categoría 1. La experiencia nos demuestra que simplemente no leyeron el plan. No conocían del Plan de Emergencia de Puerto Rico”, señaló el exfuncionario.
El denominado Plan Catastrófico de FEMA es un anejo específico para Puerto Rico e Islas Vírgenes que describe cómo el gobierno federal actuaría para asistir al gobierno local, antes, durante y después del ciclón, tomando en cuenta las dificultades de distribución de refuerzos y suministros debido a la posición geográfica de la Isla y la necesidad de movilización y activación de recursos previo al ciclón.
El documento federal advertía el riesgo de que un huracán categoría 4 afectara el 100% de la infraestructura de comunicaciones, por lo que recomendaba tener métodos alternos de comunicación para el personal de respuesta y funcionarios locales y federales. Hace referencia al acceso a comunicación de voz y data satelital de FEMA y de las autoridades federales, y a la posibilidad de coordinar otros esfuerzos con el Departamento de Seguridad Nacional.
“Se sabía que había que tomar medidas con antelación para tener recursos de comunicación análoga. Era previsible que por el impacto directo habría problemas en la infraestructura de las telecomunicaciones”, dijo por su parte Miguel Ríos, que dirigió la AEMEAD durante el proceso de actualización de los planes de emergencia en 2014.
Ambos exfuncionarios coincidieron en que se debieron haber activado con 48 horas de antelación las unidades de comunicación del Ejército de los Estados Unidos, y en que no se utilizaron los radioaficionados (KP-4), como sugiere el plan. De igual forma resaltaron que si se hubiera habido comunicación análoga y digital en las doce regiones del país, se hubiera minimizado el impacto de María.
El CPI pudo constatar que el Plan Catastrófico de FEMA anticipaba muchos de los problemas confrontados por las autoridades durante la coordinación de la respuesta. El documento, no solo establece una línea de tiempo con acciones a tomar previo al huracán, sino que contemplaba la magnitud de los daños a la infraestructura, carreteras intransitables, las posibles limitaciones para contratar manejadores de camiones, problemas en la logística y distribución, entre otros, como resultado del impacto directo de un huracán categoría 4.
Por esta razón, no se sostiene la afirmación hecha por el actual comisionado del Negociado de Manejo de Emergencias, Carlos Acevedo, de que los planes de emergencia del gobierno estaban diseñados para enfrentar un huracán categoría 1.